El
expresidente Hipólito Mejía no descarta aspirar a la presidencia de la
República en las elecciones de 2016, al señalar hoy que estará en el lugar
donde las circunstancias y las mayorías le requieran.
En un discurso leído al comparecer al almuerzo semanal del Grupo
de Comunicaciones Corripio, Mejía manifestó que no pretende ser el dueño del
proceso electoral.
“Fiel a mis convicciones democráticas y al derecho que todos
tenemos de elegir y ser elegidos, defenderé que la selección de los candidatos
a los diferentes cargos, incluyendo el candidato a la presidencia de la
República, se haga a través de procesos y procedimientos democráticos y
transparentes, por lo que me mantendré equidistante de todos los aspirantes”,
aseguró.
Dijo que los líderes políticos y sociales que aspiran a cargos
electivos por los distintos partidos y organizaciones que conformen la
Convergencia, pueden estar seguros que tienen en ella un instrumento idóneo
para hacer realidad sus ideales y aspiraciones.
En cuanto a la situación actual del país, comparó la gestión del
presidente Danilo Medina con la del expresidente Leonel Fernández al señalar
que “lo más visible es su estilo sencillo de gobernar, en comparación con el
estilo arrogante de Leonel Fernández”.
Asimismo, significó que la situación ha empeorado y que el
país continúa sumido en una crisis, la cual se caracteriza por la desigualdad
social, la inseguridad ciudadana, el desempleo, el alto costo de la vida, el
endeudamiento desenfrenado, la impunidad, la corrupción y el marcado deterioro
de las instituciones fundamentales, entre otros males.
Llamó a trabajar por una unidad política y acompañar a la
sociedad en la movilización por sus reclamos “para superar nuestras calamidades
y derrotar las pretensiones continuistas del PLD”.
Sobre la organización electoral Mejía dijo que hay desafíos
y dificultades que deben ser superados para que las elecciones sean
transparentes, al tiempo que reclamó la aprobación de la Ley de Partidos.
“Al día de hoy no hay garantías de que podamos celebrar
elecciones confiables y creíbles. Eso se debe, principalmente, a la composición
de la Junta Central Electoral y el Tribunal Superior Electoral. Ambos
organismos, lejos de actuar para garantizar la transparencia y la equidad del
proceso, se han descalificado como árbitros imparciales mediante sentencias,
disposiciones y manejos ilegales e indebidos”, manifestó.
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